Del viejísimo jugo de la tierra

por Francisco Alvarez Velasco


Sommes-nous près ou loin de notre conscience
Où sont nos bornes nos racines notre but.
Paul Eluard

I

Entrad todos conmigo en el bosque
porque en sus musgos tibios
acariciar podréis la suave axila
de nuestra madre tierra y su prohibido sexo.

Dejad rodar las piedras,
ya que vida es caer -así en los sueños-
por un espacio en sombra
hasta un valle sin agua
que nos vuelve a sí mismo como un pozo
al fondo de este bosque.

¿Alguien está gritando nuestros nombres?
Sólo un amargo otoño nos rodea
y nos reúne el frío
en su hosco noviembre.

Y si la piedra cae hasta un interminable precipicio
-me refiero a la piedra donde nadie quedaba
a reposar su cuerpo-
y si el otoño avanza y caen las hojas
y llega su diciembre,

sabed: nadie nos llama al fondo de este bosque.


Derechos Reservados. Copyright, Péndulo 1995. México.