Juego de mesa

por Gabriel Astey Wood


Imagen de la cámara uno (cámara única, por cierto) desde una de las esquinas superiores de la habitación; habitación blanca sin alfombrado ni matices; en el centro la mesa de caoba, rectangular, cuatro patas, varias capas de barniz; frente a la mesa, es decir, frente a uno de sus lados menores, una silla; la silla metálica, sencilla, funcional, casi un esqueleto, asiento de vinil, respaldo semejante.
Mantengo imagen, acercamiento a la mesa por el lado donde está la silla; sobre la superficie de la mesa un hombre, una mujer, un tigre, una jaula, de plástico por supuesto, figuras fáciles de manejar, hechas en serie, no más grandes que una mano de adulto promedio; mantengo imagen.
Espero.
El tiempo ahí para perderlo, en todo caso espero -esperaré consultando el archivo, el archivo un ser a la mano para perder el tiempo vulgar, veamos, el botón selector de archivo es el botón rojo, ya está.
Imagen de archivo del tipo con el martillo abriendo la puerta exterior del patio y contemplando al profeta, conversación:

P- Ya viene el día de Yahveh, prepárate.
T- Suficiente con que venga el día del compadre.
P- Necio, prepárate.
T- ¿Cómo?
P- Compra mi librito, mi sponsor, mi piedra filosofal.
T- Desvanécete.
E- Eres de dura cerviz.
T- Habrá que ver si tu cerviz es tan dura.

Close-up al martillo del tipo repiqueteando sobre la cabeza de Isaías, 6, 7 o más veces, imagen enrojecida, corte.
Vuelvo a imagen de cámara uno (cámara única, por cierto), imagen de la mesa, vuelvo al trabajo, no me quejo, se me reembolsa. Sentado en la silla, el niño, ya ha hecho de las suyas.

Uno

Sobre la mesa el tigre sentado como esfinge griega, parece más negro que amarillo, a su lado el hombre de pie, en la jaula la mujer sentada. El niño con los codos sobre la mesa contempla:

H- Bien, bien, suficiente.
m- Quizá dormir, no hay por qué no.
H- Muy bien, sí, ya lo dije.
m- Dormir: amniótico, calmado, gelatinoso, dependiente, no hay por qué no.
H- ¡Oh! bastante bien, lo digo, bastante bien ¡oh!
m- Desde luego dormir, maravilla intrauterina, nada se hace por cuenta propia, vegetar, no hay por qué no.
H- Excelente, lo diré siempre, excelente.

Imagen de la mesa, reacomodo de las figuritas, el niño vuelve a hacer de las suyas.

Dos

Sobre la mesa el tigre sentado como esfinge griega, parece más amarillo que negro, a su lado la mujer de pie, en la jaula el hombre sentado. El niño con las manos sobre la mesa contempla:

M- Le dije muy claro que se levantara, así: ¡Levántate!, le dije.
h- Don¹t say yes, say yes darling.
M- ¡Pues qué no tienes vergüenza?!, eso también se lo dije muy claro entre signos de admiración e interrogación.
h- I said yes darling but now I have to say it loud and clear.
M- Imponerse, desde luego se levantó y se reconoció desvergonzado, le quedó muy claro.
h- Yes darling!

Imagen de la mesa con los figurines en nueva formación, al niño no le queda otra más que hacer de las suyas.

Tres

Sobre la mesa, en la jaula, el tigre tendido como esfinge egipcia, no parece ni negro ni amarillo, se ve decaído; fuera de la jaula el hombre y la mujer de pie, juntos. El niño con la barbilla sobre la mesa contempla:

h- ¿Qué?
m- Eso.
h- ¿Qué?
m- Podría ser.
h- ¿Qué?
m- Algo, amor.
h- ¿Qué?
m- Eso.
h- ¿Qué?
m- Es.
h- ¿Qué?
m- Nada.

Imagen de la mesa con un nuevo montaje, el niño se aburre haciendo de las suyas.

Cuatro

Sobre la mesa el tigre de pie, es decir en cuatro patas, sus dos colores lucen majestuosos, en la jaula, sentados, el hombre y la mujer, juntos. El niño con una mejilla sobre la mesa, medio dormido, contempla:

M- ¿Qué tal?
H- Bien, esa clase de cosas, ¿y tú?
M- Sí, bien, etcétera, ¿y tú?
H- Sí, tranquilidad, consecuentemente, ¿verdad?
M- Sí, paz y así sucesivamente, ¿verdad?
H- Sí, así todo.
M- Sí, etcétera.

Imagen del niño completamente dormido, imagen envidiable; hago acercamiento a las figuritas, el tigre sigue imponente, mantengo así diez segundos, fundido en negro.


Derechos Reservados. Copyright, Péndulo 1995. México.