Poemas

por Víctor Banda


uno

Primero el vacío
Habitante de un silencio mineral
donde las cosas se ahogaban sin nombre
Desangrándose en la ausencia de sí mismas
con desconocimiento del germen
Negación del reflejo y de la sombra.

Todo era piedra, agua, semen de luz,
canto como murmullo perdido
en un secreto de blancas arenas.

Primero templos en la costilla del mar
Heridas y huecos en las cosas
Objetos cubiertos por la lepra del silencio
Y la voz estaba ahogada
apenas gruñidos y susurros quebrados.

Todo era reposo

Hubo que perder el abismo en aras del canto
Ganar el amor para investir al odio.


ceguera

Rompió la luz un enjambre de hielo oscuro
y aún diviso sus fragmentos
Piden ser rostros amor sed

Antes de mí había un silencio
Todos habían muerto en las guerras del tiempo
Alguien balbucía escombros

Ciudades desiertas en la sonrisa
de la niña niño que acariciaba mi cuerpo
como si de un instrumento
de músicos azules se tratara

Y ese nombre que se grita a sí mismo
Dicen que es el mar
pero qué puedo yo saber de esa dicha
de peces disueltos en sal
canto constante de fulgor y ansia
muralla donde se ahoga el silencio

Cabalgan naves sobre la lluvia

La profetisa pinta con la noche sus labios
Maquilla sus ojos con ceniza de mil ciudades

Dicen que mi niña es por las noches un vampiro
Dicen que mi boca sueña dioses
pero canto para llamar a la luz
Vamos ven abalánzate sobre las cosas
define sus contornos
come de ellas centro negro
escritúralas para huérfanos

hazlas de ti misma
cuerpos sin raíz
donde quiebre la historia
sus dientes al morder

vamos ven iníciame en esa dicha


regreso a la ausencia

Soy el que se ha marchado y no volverá
Porque mi rostro quedó prisionero
en algún otro lugar
Es un montón de fragmentos
que danzan en mil soledades
Y ahora se recompone,
lanza sus destellos,
se pierde en nada.

Pero no, no lo dije así.

Mi rostro es un río de rostros
Y en el fondo de mi ciudad
hay una niña jugando con ellos.
Los recompone, los acomoda,
dicen nada,
los arroja como naipes;
rey negro
reina de la sal.

Dicen que he regresado
Y lo sabe el perro
que viene a tocarme
con su aliento,
los niños piden historias
a quien ha vuelto
Mas no soy el rey
de aquellos tiempos

Y me pregunto a dónde me he ido
en qué ciudad bárbara me perdí
Di vuelta de pronto en una esquina
y no supe que me dejaba atrás,
para nunca volver a verme.

Hoy encuentro tres heridas en mi lengua
Cada una me desconcierta
Levanta sus espadas de palabras
y hiere lo que fui
Qué será de estos rostros
de esta muerte heredada
Tanta cobardía es el olvido

A lo lejos, sin mí
Alguien grita
y su grito ilumina el mundo
Alguien canta
y los peces rozan la sed

No he vuelto
Y todos se han ido
A eso vine
para saberlo


Derechos Reservados. Copyright, Péndulo 1995. México.