Peregrinaje al misterioso punto cero

por Blas Fernández G.


La Habana

Sobre todo el sol,
casi sólo el sol,
porque en la penuria,
en la penumbra,
en el triste existir de la lógica,
en el gris deambular
de vidas planificadas,
sólo queda el sol.

El Estado nunca supo de almas
y las almas, como mariposas,
aletean sin parar en los brillos
de las luces reflejadas,
de los ojos suplicantes
de amor.

El hombre sabe de amor,
pero bajo el sol,
el amor del hombre vuela
como vuelan las mariposas
libre
sin dios
sin patria
sin fuero.

Y así, el sol
nos dio el corto tiempo
para hablar de policías
de libertades,
de temblores,
de ilusiones
y yo pensé en el juez supremo
dándote libertad,
esperanza a tus sueños
y una ilusión,
la comúnilusión de los hombres.

En la puerta de Correos
iniciamos el adiós
y Dios sabe
que te debe el derecho
que en su nombre te robaron.

Con el hoy muerto,
te pienso mañana
y espero
que el mismo sol
alumbre tu deseo
de felicidad.


Derechos Reservados. Copyright, Péndulo 1995. México.