Bajeles

por Una Pérez Ruiz


The pilgrim soul in you
and love the sorrows
of your changing face.

Me llaman lejos la torre, la campana
me llora la tarde y descanso en sus labios.
Más rojo no es el cielo que el veneno de los escorpiones.
Decir adiós a las piedras. Acostarse a morir este arrancarte.
Aquí dejo a los dioses que escuchan un llanto sólido.
Aquí prendo el delirio al corazón nocturno
con alfileres y cruces y espinas de maguey y dejo que su sangre bendita
me recorra.

* * *

Ay
este dolor alcohólico
de poseer recuerdos hasta el vicio
este animal de silencios agudos
me conoce, me vierte cristalina
en la tierra soy un charco de fiebre
una luz delgadísima
que se agolpa entre huesos de sombra.

* * *

La fiebre dolorosa
ha vuelto a bautizarme Lejanía
ya no escucho más que mis propios martillos
en mi cabeza sucia danzan las bacantes
el cortejo florido sin descanso
bebe la sangre, la yedra en mis palabras
y se embriaga con el vino fatigado de mis horas.

* * *

Estoy desierta
rodeada de un desgaste imposible en cada cosa
sentada en una piedra negra enmedio de lo verde.
El sol acusa
cada rayo nombra un vacío señalado
el signo de lo gris devoró el aire
y yo quedé desierta.
La ciudad ardiendo es un sello en la palma de la mano.


Derechos Reservados. Copyright, Péndulo 1995. México.