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Punta de Lanza Poesia Narrativa Teatro Entrevista Ensayo


Poesia Inicial (Indice, Intro.)

por Víctor Manuel Banda (Octubre, 1995)


PARECIERA QUE LA NOCHE SE VA Y VUELVE
siempre abismo y sal
manchada de astros
o enferma de oscuro amor
No hay dolor en sus ojos
ni escritura arábiga en su pelo
pues sabe de amor lo que un susurro
y conoce la sangre por el mar y sus peces

Estabas enferma de tierra
y amasabas sueños con leche y miel

Llegabas hecha de golondrinas
y te ibas hacha de golondrinas
Llegabas hecha de golondrinas
que abrían los ojos para mirarme
Y soñabas una golondrina enferma
que otros llamarían mar
pero yo le decía lejos

Tu ausencia, un hacha en medio de los ojos
Una navaja oxidada para curar soledades adolescentes

Ayer te vi muriendo
Hoy renaces en mis manos
grano de maíz

esqueleto del agua

Quítate la ropa y hazte caricia
Despoja la memoria y vuélvete luz

Nace el mundo ebrio de sí mismo
La noche se toma un trago de tequila
y canta una canción contra el abandono
(oscuro como los dioses)
Fuego y semen, carne y amor piden canto
No un desfile de palabras sangre y lobos
Pronuncio catálogos de naves
Enumero minerales y sueños
Hablo para que bailen las cosas

Soy guijarro
tierra aire fuego me desgastan
Piedra soy de río
y no me decido a ser agua
Por eso canto
para aquel a quien los crímenes le han quemado los ojos
para quien agoniza en alcohol
para mi madre
que escribe epitafios en la ropa que tiende en el silencio
Para el niño que conduce ejércitos hacia el mar
y los ángeles le dan la alegría del vuelo:
cielo azul y parvada blanca
Para ti que recorres renglones y piensas en el mar
en Dios o en el incendio

Esta música mordiéndome
que sale de más adentro que el recuerdo
Esta música que sueño río
y es piedra cayendo en el agua
muriéndose largo
Música de peces
que viene y se va por la garganta
y escribe amores insomnio
dolores color naufragio

El dolor brilla en la noche
El insomnio nos devuelve un rostro
Ausencias nos hacen presente cada instante
sin lugar para el olvido
Asombro de mi propia voz,
como a quien le cae una piedra en la mirada
y esa noche tiene un sol en la memoria
y se mira azul en los espejos de sus muertos
(tan moridos a punta de palos
tan secretos sin cruz ni epitafio)

Mas toda piedra en la mirada
se hunde en el vértigo del vuelo
y contempla el cielo noche arriba
pastoreando nubes grises
que se ordenan
cuando la voz invoca
Al grito del domador,
las islas dan un salto mortal
sobre aros de alumbre
Y no faltará quien las ponga a cantar

sin red

sin espacio

sin tiempo

Los seres que fui y soy
se agolpan y murmuran
Se llamaron piel
tuvieron nombres de ciudades
y credenciales para el festín
Me confundieron y los odié
Hoy sé que tengo un rostro
porque todos me habitan
y vienen y se van

Ser muchos es mi voz


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