ESTA PRESENCIA QUE ROE SILENCIOS
murmura en la calle vacía
y me llama con los pronombres de su sangre
Tiene que ser el mar
Todo precede al alfabeto de su nombre:
sal susurrando leves cuerpos
Piedad para esta muralla inmersa en incendios
para esta luz asombrada de su propia contención
Más agua que voz, más canción que piedra,
trae en la espalda un navío lleno de promesas.
Deja todo en el límite
(casi ausencia, casi luz derrumbada)
ya sin sustancia las cosas
se disuelve en risas de infancia.
Jubiloso amor
Son islas su recuerdo